Como ocurre con todos estos textos ancestrales (por aquí ya he comentado el Hagakure y El Arte de la Guerra), conviene no tomárselos al pie de la letra: al fin y al cabo, son fruto de una época y unas circunstancias muy concretas. Hoy ya no quedan guerreros que deban mantenerse fieles a la estricta doctrina del bushidô. Pero, como sea que el texto pretende aportar las claves para una vida más honesta y noble, sí deberíamos ser capaces de extraerle la esencia y quedarnos con aquello que nos pueda ser útil.
En cualquier caso, creo que resulta fascinante poder disfrutar del legado filosófico de un samurái mítico, acerca de cuya vida se han hecho decenas de películas, novelas, mangas, ensayos… Hay ciertas frases impactantes, otras evocadoras y algunas que quizá provoquen indiferencia. Pero no dejan de ser las últimas palabras que quiso transmitir el maestro y quizá por ello, las más importantes.