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Yasutaka Tsutsui – Paprika

Poco a poco va llegando a España la obra de Yasutaka Tsutsui, autor irreverente y de culto de las letras niponas. Ya hablé una vez de sus dos libros de relatos. De ellos, me maravillaron su humor ácido y travieso, su crítica implacable a las bases y costumbres de nuestra sociedad, esa habilidad para llevar hasta el absurdo las situaciones más cotidianas y así invitarnos a reflexionar mientras reímos horrorizados. Y todo esto es lo que me esperaba encontrar en «Paprika», todo esto y además a lo grande al tratarse de una novela y no un recopilatorio de relatos. Que la adaptación en forma de película anime corriera a cargo del maestro Satoshi Kon no hacía si no incrementar mi interés.

Susto: la primera mitad de «Paprika» es un techno-thriller demasiado convencional. Una especie de Michael Crichton, pero sin el excepcional dominio del ritmo del escritor estadounidense. Hay alguna pincelada de humor, alguna escena interesante (una violación donde se da la vuelta a la tortilla) y desde luego resulta bastante atractiva la idea de una máquina que permite entrar en los sueños de los pacientes y modificarlos para calmar sus estados de ánimo y curar sus enfermedades mentales. (Sí: ya se rumoreó en su día que «Inception» quizá se había inspirado en «Paprika».)

Es notable la forma en que Tsutsui consigue que los sueños escritos parezcan sueños de verdad, con escenarios que mutan sin motivo (pero de forma fluída y extrañamente lógica), gente cuyo rostro no se corresponde a su identidad, diálogos incoherentes, informaciones salidas de la nada, simbolismos, etc. «Ah, así que estas cosas no sólo ocurren en mis sueños», piensas. Pero no hay mucho que más que destacar en este primer tramo.

Falsa alarma: la novela remonta en su segunda mitad. El mundo de los sueños se apodera de la realidad, ni los personajes ni el propio lector saben si siguen soñando o ya están despiertos, las personas se desdoblan en múltiples alter egos y llega un ejército de muñecas gigantes, estatuas de Buda asesinas y salvajes monstruos mitológicos para sembrar el terror. En manos de otro autor, quizá este histérico ir y venir entre los sueños y la realidad habría acabado siendo un caos infumable, pero Tsutsui mantiene el pulso y consigue no sólo que no nos perdamos, sino que además nuestro interés aumente cuanto menos creemos entender.

Al final, el escritor se quita la máscara: lo que parecía poco más que un experimento divertido tiene la misma carga crítica que sus relatos. No podía ser de otra manera. ¿Es la locura contagiosa? ¿Cómo nos comportamos cuando parece que nuestra realidad se deforma? ¿Por qué confiamos tan ciegamente en los poderosos, cuando sabemos que son perfectamente capaces de convertir algo positivo en algo destructivo?

Tsutsui también analiza el efecto devastador de hacer públicas nuestras intimidades. El autor nos recuerda que todos tenemos deseos, traumas y fantasías inconfesables, y que está bien que así sea. Por último, nos muestra muy gráficamente cómo los miedos ficticios -a base de que nos obliguen a creer en ellos- pueden determinar el estado de ánimo de toda una sociedad. Produce cierto shock terminar de leer «Paprika» justo la mañana que anuncian la muerte de Osama Bin Laden.

Algo estaba pasando. La gente sospechaba y quería saberlo, pero, al mismo tiempo, tenía la vaga sensación de que querer saber era peligroso. Se estaban habituando a una presencia ominosa o a un estado mental concreto. No tenían medios para protegerse de la insidiosa propagación de la locura.

Acerca de Alex Pler

Librero de día, escritor de noche. Autor de 'Hanakotoba, el lenguaje de las flores', un pequeño diccionario japonés que reúne 113 palabras sin traducción directa al castellano pero que describen emociones y sucesos que todos hemos vivido. Mi web personal: www.alexpler.com.
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