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Yamamoto Tsunetomo – Hagakure

Hay que ganar desde el principio para salir victorioso siempre.
Ya hace días que lo leí y aún no lo había comentado. «Hagakure» es una reivindicación de los tratados samuráis más tradicionales en una época de paz: una época en la que los samuráis ya han perdido su función principal. Por eso, a lo largo de sus páginas se nota cierta melancolía y cierto romanticismo, quizá incluso un poco de frustración. Lo dictó Yamamoto Tsunetomo a un discípulo durante su retiro espiritual, poco antes de morir. He leído -y recomiendo- la edición de La Esfera de los Libros incluída en el volumen «La vía del samurái»; es más cara, pero mucho más completa, otras ediciones son sólo una selección de capítulos.
«Hagakure» significa «oculto bajo las hojas». Fue el libro de cabecera de Yukio Mishima y lo cita el protagonista de la película «Ghost Dog». A pesar de la distancia y de los años y de las creencias que separan el contenido de este libro de la mente de un lector occidental, es curioso comprobar cómo pueden extraerse valiosas enseñanzas y citas de este «Hagakure».
Por supuesto, hay temas que chirrían (esa servidumbre absoluta al señor feudal, el papel esclavo de la mujer, no valorar la propia vida, esa visión bélica para todo…). Y hay temas que sorprenden, como los capítulos dedicados al amor homosexual: los samuráis podían estar casados y además tener una amante, pero también podían elegir tener un único amante masculino para toda la vida. Había toda una serie de reglas que dictaban el comportamiento correcto de estas relaciones. Esto llama especialmente la atención porque Japón sigue siendo muy cerrado, la homosexualidad sigue siendo un tema tabú.
Os dejo una selección de las citas más interesantes de «Hagakure». Creo que algunas no hay que tomárselas al pie de la letra, sino extraerles la sustancia. Decisión, valentía, el momento es ahora, humildad, preguntar a los demás…

No conozco el camino para vencer a los demás pero conozco el camino para vencerme a mí mismo.

Cuando uno es sorprendido por una repentina tormenta, puede o bien correr lo más aprisa posible o bien colocarse rápidamente bajo los aleros de las casas que bordean el camino. De los dos modos nos mojaremos. Si uno ya estuviera preparado mentalmente a la idea de estar mojado, se encontraría a fin de cuentas muy poco contrariado con la llegada de la lluvia.

Cuando alguien nos cuente una historia o nos hable, uno ha de dar su opinión siempre que no esté de acuerdo con lo que se dice y escuchar al otro con la intención de señalar los fallos de la historia a fin de no dejar que abusen de nuestras debilidades.

Es deseable que el rasgo de la caligrafía sea prolijo y esmerado, pero si sólo tiene estas características parecerá una escritura rígida y sin gusto. Una escritura ha de tener, además, una silueta que se aleje de la norma.

Si piensas ver en el interior del corazón de alguien, sufre con él.

No hay nada que no pueda conseguirse. Basta con tener una firme voluntad, para poder atravesar tanto el cielo como la tierra sin la ayuda de nadie. Y, si esto ocurre, no hay nada que no pueda cumplirse o conseguirse. La gente carece de ánimo y es por ello que no les surge la voluntad. Mover el cielo y la tierra sin ni siquiera hacer fuerza es una cuestión de concentrar el espíritu en un único punto.

Es precisamente cuando uno piensa que se ha excedido en sus actos cuando por el contrario no comete errores.

Los caminos se pierden cuando se ponen excusas.

Reunir en el interior de uno mismo los tres valores: inteligencia, benevolencia y valentía. Para adquirir la inteligencia, basta con consultar las cosas con los demás. La benevolencia es actuar de forma útil para los demás. La valentía no es otra cosa que aguantar el dolor apretando los dientes.

Uno deja escapar el momento crucial porque cree que el ahora mismo y ese momento crucial son momentos diferentes. Ahora es el momento crucial y ese momento crucial es ahora mismo.

Si uno intenta salvar de la extinción a su clan, no conseguirá más que extinguirlo de forma indecorosa. Cuando cree que el momento ha llegado, ha de tomar la determinación de extinguirse con valor.

Tenía tendencia a pensar que el combate a manos desnudas difería del Sumo, debido a que no tenía importancia ser tirado al suelo al principio, ya que lo esencial era ganar al final del combate. Recientemente he cambiado de punto de vista. Se me ha ocurrido que si un juez tomara la decisión de parar el combate en el momento en que uno se encuentra en el suelo, os declararía vencido. Hay que ganar desde el principio para salir victorioso siempre.

Acerca de Alex Pler

Librero de día, escritor de noche. Autor de 'Hanakotoba, el lenguaje de las flores', un pequeño diccionario japonés que reúne 113 palabras sin traducción directa al castellano pero que describen emociones y sucesos que todos hemos vivido. Mi web personal: www.alexpler.com.
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