En Japón, el 5 de mayo es el Día del Niño. Durante toda la semana previa, lo celebran colgando carpas decorativas hechas de papel o tela, llamadas koinoboris. El viento las infla y así se desea que los hijos crezcan sanos y fuertes. Estos peces remontan el río contracorriente, de ahí el simbolismo.
Los dulces típicos de ese día son los chimaki (mochis envueltos en hoja de bambú) y kashiwa mochi (mochis envueltos en hoja de roble). Estas plantas simbolizan la continuidad de la familia, ya que renuevan sus hojas. No son comestibles, solo se come el pastelillo de arroz, con un aroma muy particular tras estar envuelto en las hojas.
El Día del Niño pone punto final a la Golden Week, una semana llena de días festivos que muchos japoneses aprovechan para irse de vacaciones o disfrutar de los lugares más turísticos de su propia ciudad. Es una época algo complicada para visitar Japón ya que muchos templos pueden estar abarrotados y es más complicado encontrar alojamiento o reservar plazas de tren. A cambio, se pueden disfrutar las espectaculares vistas de los koinoboris colgados al viento por todas partes.
Suelen colgarse conjuntos de tres peces: el grande representa al padre, el mediano a la madre y el pequeño al hijo. En Haiku, tenemos estos coloridos koinoboris diseñados por Madame Mô.