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Hina Matsuri (雛祭) / Día de las Niñas

En Japón, cada 3 de marzo se celebra el Hina Matsuri, Festival de las Niñas. Durante esa semana, se exhiben por todo el país muñecas de madera vestidas con kimonos tradicionales, llamadas Ningyô (人形). Representan personajes de la corte Heian: el Emperador y la Emperatriz, cortesanos y cortesanas, consejeros, músicos… De hecho, en el Japón de la era Heian (siglos VIII a XII) se jugaba ya con estas muñecas y aparecen descritas en escenas de libros de aquella época como La historia de Genji de Murasaki Shikibu o El libro de la almohada de Sei Shônagon.

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Tanto niñas como mujeres de la corte no solo las coleccionaban, también las tallaban ellas mismas y jugaban con ellas todo el año, vinculadas a otros días importantes como Año Nuevo o el festival Tanabata. A partir del periodo Muromachi (siglos XIV a XVI), empezaron a fabricarlas los artesanos de estatuas budistas y máscaras noh, ganando las muñecas en sofisticación y detalle. Con los años, las expresiones faciales fueron más realistas y se adoptó la costumbre de representar las figuras siempre sentadas.

En concreto, la tradición del Hina Matsuri se originó en China hace 3.000 años para combatir el primer día de la serpiente de marzo, considerado un día «desafortunado» o «poco propicio». Al entrar en contacto con la cultura China, los japoneses adaptaron las tradiciones vecinas a su manera. Se cubrían el cuerpo con figuras de papel de forma humana para traspasarles las malas energías y purificarse. Después las lanzaban al río. La tradición evolucionó hasta crear las muñecas del Hina Matsuri: se creía que estas muñecas podían proteger a su propietario de los malos espíritus y al terminar el festival, las muñecas se colocaban en pequeños barcos de madera para que la corriente se las llevara. El ritual original sigue practicándose en las prefecturas de Tottori y Wakayama.

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La tradición siguió evolucionando a lo largo de los siglos, vinculándose también a celebrar el primer año de vida de las niñas, regalándoles una muñeca como símbolo de buen augurio. Pero hoy en día, más que amuletos las hina ningyô son objeto de coleccionista y se heredan de generación en generación. Desde la época Edo, los japoneses las exhiben en altares con varios escalones, distribuyéndolas según la jerarquía: desde el Emperador hasta los súbditos. Como adornos, utilizan hojas de melocotonero, así como biombos y recreaciones en miniatura de muebles de la época. La posición de las figuras se llama hinadan y sigue unas reglas rígidas que conviene conocer si queréis recrearlo…

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Durante la celebración del Hina Matsuri, el dulce tradicional es el hina-arare, «palomitas» de arroz de colores variados que dieron nombre a uno de los personajes más queridos del manga: la robot Arale de Dr. Slump. También suelen comerse otros platos como hanami-dango (pinchos con 3 pequeños pastelillos de arroz que protegen de las enfermedades) y chirashizushi, bol de arroz de sushi con el resto de ingredientes servidos encima. Y por supuesto, las pastelerías modernas han creado todo tipo de dulces y pasteles para este día. ¿Será casualidad que Nintendo haya elegido el 3 de marzo para el lanzamiento de su nueva consola Switch? Quizás dentro de cientos de años, se hable de cómo los japoneses acostumbraban a jugar con figuras en una pantalla.

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Acerca de Alex Pler

Librero de día, escritor de noche. Autor de 'Hanakotoba, el lenguaje de las flores', un pequeño diccionario japonés que reúne 113 palabras sin traducción directa al castellano pero que describen emociones y sucesos que todos hemos vivido. Mi web personal: www.alexpler.com.
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