Confieso que me sorprendió un título así. La felicidad de la familia, viniendo de un escritor maldito y a veces nihilista, alguien que escribió sobre lo más negro de la personalidad y en muchos escritos confesó cómo decepcionó a sus familiares… era como mínimo extraño. Por supuesto, se trata de un título irónico: eso lo entendí después, al terminar el primer relato de la selección que acaba de publicar Candaya. El cuento que da título al libro se cierra con esta frase demoledora: «Y he llegado, finalmente, a una terrible conclusión: la felicidad de la familia es el origen de todo mal». Eso sí es Dazai en estado puro.
Los ochos relatos, seis de ellos inéditos en castellano hasta ahora, son todos demoledoramente tristes. Escritos a lo largo de sus últimos años de vida antes de suicidarse, la desesperanza que sentía el escritor es patente en cada frase. Solos hay chispazos de luz aquí y allá, pero se apagan enseguida. Pero como siempre en Dazai, la prosa no es seca o sucia, sino todo lo contrario: poética, bellísima. Un contraste que en sus manos siempre funciona.
Además de «enfant terrible», a Osamu Dazai se lo considera a menudo misógino. Pero curiosamente, los mejores relatos de esta antología están protagonizados por mujeres. Ellas son las heroínas de ambas historias, enfrentadas a un mundo de hombres que se aprovechan de ellas. En La estudiante, el más extenso, seguimos a una muchacha a lo largo de un día cualquiera: sus pensamientos y pequeñas ilusiones, las decepciones que siente, cada gesto, todo está relatado con un gusto exquisito y demuestra un entendimiento total del personaje.
Por otra parte, en La mujer de Villon cuenta las miserias de su vida en familia, pero contadas desde la perspectiva de la esposa que sufre a causa de un marido alcohólico, mujeriego y ahogado por las deudas. Este escritor no tiene piedad con nada, pero menos consigo mismo; es su talento: lejos de autolamentarse, se examina objetivamente. Simplemente no sabe ser de otra manera, por más que lo desee. Sobrelleva su carga con ironía y humor, cualidades también presentes en estas ocho historias.
A lo mejor hay una recompensa para los mediocres. Llevar una vida diaria normal y trabajar duro, es probablemente la mejor existencia espiritual.
Osamu Dazai escribió dos novelas (ambas traducidas al castellano: El ocaso, ed. Txalaparta, e Indigno de ser humano, ed. Sajalín) y más de 200 relatos. De estos, hemos recibido diversas antologías publicadas por Candaya, Impedimenta, Quaterni, Sajalín y Satori. Un autor impactante, necesario para comprender la convulsa psique japonesa a medidados del siglo XX, antes y después de la derrota en la II Guerra Mundial. Hoy en día sigue siendo un icono para muchos jóvenes japoneses desencantados y cada 19 de junio (su cumpleaños) le rinden homenaje en la tumba donde descansa.
La felicidad de la familia te gustará si… crees que la dureza de la vida no está reñida con la poesía y el humor.
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